Autora: María Cristina Chaler.
CIENCIA FÁCIL Número: 28
Medio ambiente II
El Clima
El hombre con su accionar ha ido modificando el clima del Planeta, es hora de que tome conciencia de ello y revierta la situación.
El dióxido de carbono (CO2) es el subproducto de la respiración de todos los seres vivientes del planeta y se encuentra en el aire en un porcentaje de 0.035 % en volumen. Esta pequeña molécula junto con el vapor de agua, (H2O (v)), el metano (CH4) y el dióxido de azufre (SO2) son las responsables de la retención de los rayos infrarrojos generadores de calor.
Si estos gases no se encontraran en la atmósfera, la vida en la Tierra sería imposible ya que nos moriríamos de frío. Estas moléculas forman una capa protectora que retiene el calor y así se mantiene la temperatura necesaria para el desarrollo de la vida.
El sol es nuestra mayor fuente de energía y los rayos infrarrojos son la parte de la luz blanca que provoca sensación de calor (Ver nota: luz y color). El 20 % de ellos es retenido por la atmósfera mientras que el 30% es reflejado al espacio exterior por las nubes y partículas sólidas, el 50 % restante es absorbido por la tierra y los océanos.
La tierra emite el calor absorbido pero éste no se pierde porque las moléculas protectoras lo retienen y lo vuelven a ella generando un efecto llamado invernadero, si este no se produjese la tierra perdería el calor rápidamente y se enfriaría en forma notable. Podemos concluir que este efecto en principio es protector y favorece a la vida, ya que mantiene al planeta con la temperatura necesaria para que ella se desarrolle.
Pero los excesos siempre resultan perjudiciales. La ciencia a través de meticulosos y serios estudios ha demostrado que a partir de la revolución industrial las partes de dióxido de carbono en la atmósfera fueron creciendo de manera exponencial, por la quema del combustible fósil y las emanaciones industriales. El metano también está contaminando la atmósfera ya que es el producto de la descomposición de la basura que cada vez es más abundante por la explosión demográfica, también emana de las deposiciones del ganado y se conoce como el gas de los arrozales, el vapor de agua y el dióxido de azufre aumentaron peligrosamente ya que forman parte de los subproductos industriales, además de las emanaciones naturales de los volcanes, por lo tanto este efecto deja de ser una protección para transformarse en un peligroso efecto horno.
El calor reciclado por estas moléculas hacia la tierra, trae como consecuencia un recalentamiento global del planeta modificando el clima y cocinando a la vida que en él habita, desertificando las tierras, arruinando cosechas, manteniendo vivos a aquellos microorganismos perjudiciales para la salud, propiciando pestes y enfermedades de climas tropicales, generando disturbios atmosféricos y fenómenos meteorológicos como lluvias en exceso, inundaciones, tornados, huracanes, granizados, así como el derretimiento de los polos y la consecuente elevación del nivel de los mares y todo tipo de fenómeno que resulta perjudicial para la manutención del equilibrio tan necesario para la vida.
En pocos años el hombre con su desmedida ambición destruyó lo que el planeta tardó millones de años en construir: ese sutil equilibrio ecológico.(ver nota: sutil equilibrio)
La toma de conciencia de lo que implica el cambio climático global generado por la actividad económica desmedida del hombre (antropogénico) debería ser cada vez mayor.
Debemos aguzar el ingenio y tomar medidas urgentes a corto plazo porque los tiempos no se pueden alargar.
Si bien los costos de las medidas a tomar podrían resultar altos, más altos resultarán si no lo hacemos porque los perjuicios que ello traería serían enormes e irreparables.
Pensemos en inundaciones masivas, motivadas por la elevación del nivel de los mares sobre todos los países lindantes a ellos y calculemos las pérdidas que esto implicaría no sólo a nivel humano, sino a nivel económico.
¿Cual sería el destino de Japón, una pequeña isla en el Pacífico rodeada de mar?
¿Qué le pasaría a los centros financieros más importantes de los Estados Unidos?
¿Qué pasaría con Inglaterra?
Es fácil imaginárselo y es estremecedor responderlo.
El hombre es un ser viviente extremadamente ingenioso e inteligente y ésto le ha permitido a lo largo de la historia ir descubriendo poco a poco lo que la Naturaleza provee y generar, usando esos descubrimientos, nuevas tecnologías que fueron trayendo confort y progreso. Ha llegado el momento de poner ese ingenio al servicio de la ecología de lo contrario padeceremos males irreparables.
¡Las medidas deben ser tomadas ya! porque el tiempo apremia y si nos ponemos a reflexionar unos instantes veremos que todos estamos viviendo y sufriendo en los últimos años las consecuencia del cambio climático global.
No es tan difícil hacerlo es cuestión de movilizar voluntades e intencionalidades políticas en cada uno de los países del mundo.
Ya las advertencias datan de 1800 cuando J. B. Fourier dice que la atmósfera ejerce un efecto protector sobre las pérdidas de calor.
En 1896 Arrhenius usa el término efecto invernadero y lo vincula con la causa industrial.
En 1924 Vernadsky en “La Geoquímica” habla de la deforestación, del impacto del CO2 en la atmósfera y la industria y el medio ambiente.
Es decir que lo que actualmente estamos viviendo se comenzó a advertir hace 207 años atrás. Es hora de que escuchemos y tomemos medidas al respecto.
Si el hombre no desea hacer el cambio por fraternidad lo deberá hacer aunque sea por ambición ya que las Economías de muchos países del mundo no resistirán las consecuencias del cambio climático global.
Medio ambiente II
El Clima
El hombre con su accionar ha ido modificando el clima del Planeta, es hora de que tome conciencia de ello y revierta la situación.
El dióxido de carbono (CO2) es el subproducto de la respiración de todos los seres vivientes del planeta y se encuentra en el aire en un porcentaje de 0.035 % en volumen. Esta pequeña molécula junto con el vapor de agua, (H2O (v)), el metano (CH4) y el dióxido de azufre (SO2) son las responsables de la retención de los rayos infrarrojos generadores de calor.
Si estos gases no se encontraran en la atmósfera, la vida en la Tierra sería imposible ya que nos moriríamos de frío. Estas moléculas forman una capa protectora que retiene el calor y así se mantiene la temperatura necesaria para el desarrollo de la vida.
El sol es nuestra mayor fuente de energía y los rayos infrarrojos son la parte de la luz blanca que provoca sensación de calor (Ver nota: luz y color). El 20 % de ellos es retenido por la atmósfera mientras que el 30% es reflejado al espacio exterior por las nubes y partículas sólidas, el 50 % restante es absorbido por la tierra y los océanos.
La tierra emite el calor absorbido pero éste no se pierde porque las moléculas protectoras lo retienen y lo vuelven a ella generando un efecto llamado invernadero, si este no se produjese la tierra perdería el calor rápidamente y se enfriaría en forma notable. Podemos concluir que este efecto en principio es protector y favorece a la vida, ya que mantiene al planeta con la temperatura necesaria para que ella se desarrolle.
Pero los excesos siempre resultan perjudiciales. La ciencia a través de meticulosos y serios estudios ha demostrado que a partir de la revolución industrial las partes de dióxido de carbono en la atmósfera fueron creciendo de manera exponencial, por la quema del combustible fósil y las emanaciones industriales. El metano también está contaminando la atmósfera ya que es el producto de la descomposición de la basura que cada vez es más abundante por la explosión demográfica, también emana de las deposiciones del ganado y se conoce como el gas de los arrozales, el vapor de agua y el dióxido de azufre aumentaron peligrosamente ya que forman parte de los subproductos industriales, además de las emanaciones naturales de los volcanes, por lo tanto este efecto deja de ser una protección para transformarse en un peligroso efecto horno.
El calor reciclado por estas moléculas hacia la tierra, trae como consecuencia un recalentamiento global del planeta modificando el clima y cocinando a la vida que en él habita, desertificando las tierras, arruinando cosechas, manteniendo vivos a aquellos microorganismos perjudiciales para la salud, propiciando pestes y enfermedades de climas tropicales, generando disturbios atmosféricos y fenómenos meteorológicos como lluvias en exceso, inundaciones, tornados, huracanes, granizados, así como el derretimiento de los polos y la consecuente elevación del nivel de los mares y todo tipo de fenómeno que resulta perjudicial para la manutención del equilibrio tan necesario para la vida.
En pocos años el hombre con su desmedida ambición destruyó lo que el planeta tardó millones de años en construir: ese sutil equilibrio ecológico.(ver nota: sutil equilibrio)
La toma de conciencia de lo que implica el cambio climático global generado por la actividad económica desmedida del hombre (antropogénico) debería ser cada vez mayor.
Debemos aguzar el ingenio y tomar medidas urgentes a corto plazo porque los tiempos no se pueden alargar.
Si bien los costos de las medidas a tomar podrían resultar altos, más altos resultarán si no lo hacemos porque los perjuicios que ello traería serían enormes e irreparables.
Pensemos en inundaciones masivas, motivadas por la elevación del nivel de los mares sobre todos los países lindantes a ellos y calculemos las pérdidas que esto implicaría no sólo a nivel humano, sino a nivel económico.
¿Cual sería el destino de Japón, una pequeña isla en el Pacífico rodeada de mar?
¿Qué le pasaría a los centros financieros más importantes de los Estados Unidos?
¿Qué pasaría con Inglaterra?
Es fácil imaginárselo y es estremecedor responderlo.
El hombre es un ser viviente extremadamente ingenioso e inteligente y ésto le ha permitido a lo largo de la historia ir descubriendo poco a poco lo que la Naturaleza provee y generar, usando esos descubrimientos, nuevas tecnologías que fueron trayendo confort y progreso. Ha llegado el momento de poner ese ingenio al servicio de la ecología de lo contrario padeceremos males irreparables.
¡Las medidas deben ser tomadas ya! porque el tiempo apremia y si nos ponemos a reflexionar unos instantes veremos que todos estamos viviendo y sufriendo en los últimos años las consecuencia del cambio climático global.
No es tan difícil hacerlo es cuestión de movilizar voluntades e intencionalidades políticas en cada uno de los países del mundo.
Ya las advertencias datan de 1800 cuando J. B. Fourier dice que la atmósfera ejerce un efecto protector sobre las pérdidas de calor.
En 1896 Arrhenius usa el término efecto invernadero y lo vincula con la causa industrial.
En 1924 Vernadsky en “La Geoquímica” habla de la deforestación, del impacto del CO2 en la atmósfera y la industria y el medio ambiente.
Es decir que lo que actualmente estamos viviendo se comenzó a advertir hace 207 años atrás. Es hora de que escuchemos y tomemos medidas al respecto.
Si el hombre no desea hacer el cambio por fraternidad lo deberá hacer aunque sea por ambición ya que las Economías de muchos países del mundo no resistirán las consecuencias del cambio climático global.
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