Ciencia fácil Número: 235
Serie: Una mirada de la química diferente.
Autora: María Cristina Chaler
Misterios escondidos en el orden.
Los noventa y dos elementos que se combinan entre sí para formar todas las sustancias de nuestro mundo fueron ordenados en un determinado momento de la historia de la química y de este ordenamiento surgieron consecuencias asombrosas.
hacia 1862, a Alexandre-Emile de Chancourtois, geólogo especialista en minerales, nacido en Francia en 1820, se le ocurrió ordenarlos por masa atómica creciente y observó que periódicamente había elementos que poseían propiedades parecidas, como el Selenio (Se) y el Azufre (S) con respecto al Oxígeno (O). Esta coincidencia de propiedades se la atribuyó a una multiplicidad de las masas con respecto al oxigeno. Propuso una tabla tridimensional de avanzada en donde los elementos se ubican a lo largo de un cilindro sobre una diagonal de 45 grados, generando una especie de espiral. Como en ese momento, resultaba complicada su impresión, no llegó a popularizarse y quedó en el olvido.
Dos años más tarde John Newlands observó que al ordenar los átomos de acuerdo a las masas atómicas crecientes, el octavo elemento repetía las propiedades químicas del primero y a esto lo llamó Ley de las Octavas: cada ocho elementos las propiedades resultan similares. Aquí se observa y no de casualidad un punto de contacto entre la Ciencia y el Arte musical.
En 1869 Dimitri Mendeleiev propuso una ley periódica bidimensional que se popularizó por la practicidad en su impresión, hasta el día de hoy se utiliza en el mundo de la química. Expresa que las propiedades de los átomos se repiten Periódicamente y ordena en ese momento alrededor de 60 elementos por sus masas atómicas crecientes y la genialidad que se le atribuye es que en algunas casos dejó huecos para que en el futuro los ocupasen elementos que aún no estaban descubiertos, de los cuales se podían predecir las propiedades por su ubicación en la tabla.
En la actualidad se sabe que las propiedades químicas de los átomos, no dependen de su masa sino de la cantidad de protones (cargas positivas) que hay su núcleo, que coincide en el átomo neutro con los electrones que giran alrededor de éste.
Los elementos cuando se combinan entre sí, trabajan con la última capa electrónica y tienden a estabilizarse con la configuración electrónica de los Gases Nobles.
Si tienen pocos electrones en su último nivel, como en el caso de los metales (uno o dos electrones) o bien 3(tres) como los elementos del grupo del Boro (B), tenderán a perderlos para quedarse con la órbita anterior que generalmente está completa con 8 electrones y así alcanzar la inercia del Noble que le precede.
Los átomos con estas características son los conocidos metales propiamente dichos o bien elementos con propiedades metálicas.
• Conducen fácilmente la electricidad ya que su flujo de electrones es constante pues el material no los retiene para estabilizarse.
• Brillan frente a la luz.
• Conducen el calor con facilidad
• Se combinan fácilmente con el oxígeno. Se oxidan, porque cuando lo hacen ceden electrones que le permiten al oxigeno completar su octeto.
Si los elementos poseen más de tres electrones en el último nivel, tenderán a captar para completar el octeto y semejarse a los Nobles que le siguen en la secuencia horizontal de la tabla (período). Estos son elementos con propiedades opuestas a los metales y reciben el nombre de no metales, tienen tendencia a retener electrones. son parte complementaria e importante de la naturaleza y forman combinándose entre sí o con los metales, una gran variedad de sustancias útiles para la humanidad.
Una nueva propuesta de Orden
El hidrógeno es para los elementos, como el cero es para los números reales. No ocupa un lugar fijo en la Tabla de Mendeleiev pero en esta propuesta constituirá un lugar de importancia: el vértice de una especie de pirámide espiralada y tridimensional para nuestro mundo que podríamos llamarla multidimensional para el Universo. Se estabiliza electrónicamente con la configuración del Helio.
En el Universo, el hidrógeno es el primer componente.
El resto de los elementos, en el caso de los metales propiamente dichos tienden a los gases Nobles que le preceden, perdiendo sus electrones exteriores y quedando con sus octetos completos, esto provoca una rotación en sentido horario sobre una “semiespira espacial”.
Los no metales tenderán hacia los Gases Nobles que les siguen en el periodo de modo que su rotación será anti horaria.
Los elementos de transición forman parte de la inexplicable multidimensionalidad ya que electrónicamente poseen niveles internos incompletos pentadimendionales en donde se ubican los electrones entrantes (subnivel d) En este planeta de tres dimensiones cuando actúan como simples metales, rotarán en forma horaria y cuando no es así su rotación será contraria, estos elementos no son representativos y se manifiestan químicamente a veces como metales y otras como no metales, son anfóteros.
Los elementos de transición interna forman parte de la séptima dimensión
(Subnivel f) imposible de comprender dentro de estas tres dimensiones y llegando a ella solo a través de complicados cálculos matemáticos y probabilisticos. Nos sirven como prueba de multidimensionalidad del interior de la materia que constituye el mundo y el universo que nos rodea.
Volviendo a nuestro planeta tridimensional y en este mundo “comprendido” por casi todos nosotros los Nobles son el tronco atractor de los elementos de la Tabla y ocupan la vértebra de la “pirámide”.
La mayoría de las reacciones químicas de nuestro planeta se producen motivadas por las tendencias de cada átomo a adquirir la configuración electrónica de su gas noble afín.
La “espira o espiral” Multidimensional, es el modo que tiene la naturaleza para crecer con menor gasto de Energía y es la regente de múltiples fenómenos.
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