SERIE LAS MÁS LEÍDAS
Autora: María Cristina Chaler.
Ciencia Fácil Número 32
Nutrición I (Leída 5712 veces)
El recorrido del alimento
El estudio de la vida a través de la química biológica descubre un nuevo mundo que continúa maravillándonos
El cuerpo humano es el producto de millones de años de evolución y sus funciones son semejantes a la de una célula pero enormemente complejas. El hombre se adapta al medio, se nutre, crece, y se reproduce.
Los distintos sistemas que forman el cuerpo humano se relacionan entre sí y el equilibrio que rige a la naturaleza toda, mantiene a los sistemas armónicamente organizados de modo que mientras éste no se altere gozaremos de un perfecto estado de salud. El desequilibrio de un sistema afecta sistemáticamente a los otros.
Para mantenernos sanos debemos alimentarnos adecuadamente. El alimento es para el cuerpo un fármaco natural que actúa sobre cada uno de los sistemas y cada una de las células que lo componen proveyendo el combustible necesario para el buen funcionamiento del gran laboratorio que resulta ser el cuerpo humano.
¿Qué recorrido hace el alimento dentro del organismo vivo?
La entrada del alimento se produce por la boca que es el primer lugar en donde se inicia el proceso digestivo.
Allí al masticarlo lo maceramos y lo mezclamos con la saliva que posee ptialina que es una molécula especial (enzima) que va a comenzar a degradarlo íntimamente, generará un fenómeno químico para que sea utilizable por cada una de las células del cuerpo, èstas unidades son tan pequeñas que no pueden asimilar las moléculas que componen a los alimentos tal cual ingresan, son demasiado grandes. El proceso de digestión tiene el objetivo de “achicar” molecularmente al alimento hasta el punto tal que resulte asimilable por las células.
De la boca pasa al estómago y allí continúa el proceso de degradación molecular, ayudado por el ácido clorhídrico, los jugos pancreáticos y la bilis que actúa como emulsionante (disolvente) de las grasas ingeridas y las prepara para ser absorbidas.
Una vez degradado, el alimento pasa al intestino delgado en donde ya transformado en pequeñas unidades moleculares se prepara para ser transportado hacia las células de los diferentes tejidos del organismo.
La transportadora del alimento desde el intestino hasta el lugar en donde será asimilado (blanco diana) es la sangre que posee unas moléculas (proteínas) que lo “acarrean” hacia el lugar mencionado.
El pasaje de las moléculas alimenticias a la sangre se realiza por difusión, pasan a través de las paredes intestinales hacia el interior de la vena porta que las lleva directamente al hígado realizando su primer paso hepático, que tiene por finalidad “purificar” al alimento para que pueda ser asimilado sin riesgos. Así el hígado elimina todo lo nocivo y aquello que pueda enfermar, incluyendo virus y bacterias, es decir prepara al nutriente mediante una serie de reacciones químicas de modo que pueda ser asimilado sin que dañe la salud.
El hígado filtra el alimento y lo prepara de forma tal que sus moléculas sean reconocidas por las células en forma específica y de este modo sean perfectamente asimilables, al mismo tiempo almacena como reserva lo que podamos necesitar a futuro.
Una vez realizado el primer paso hepático la sangre lo transporta al corazón ya modificado por las reacciones químicas que se han producido en el hígado. El corazón es la bomba de nuestro cuerpo y se encarga de distribuirlo a los diferentes tejidos, de ese modo las células de nuestro cuerpo reciben el alimento preparado para ser asimilado en forma perfecta.
Una vez ingresado en cada célula, comienza la alimentación celular que consiste en una serie de procesos químicos que mantienen la vida celular.
La parte del alimento no asimilable e insoluble en agua, subproductos del metabolismo o lo desechado por la digestión pasa al intestino grueso formando la materia fecal que será eliminada como heces. Las sustancias no asimilables de la digestión o de los procesos metabólicos que son solubles en agua una vez filtradas por los riñones son excretadas en forma de orina.
¿Cuáles son las moléculas de las que se alimentan las células?
Los alimentos que ingerimos tiene una serie de sustancias químicas de lo más variadas pero en general predominan en alto porcentaje determinadas moléculas biológicas (biomoléculas) que son importantísimas para el desarrollo de nuestra vida.
Las Harinas
Todo lo que sea pastas, fideos, pan, galletitas o sea los derivados de las harinas poseen en su composición química gran porcentaje almidón (polisacárido o hidrato de carbono) que al degradarse genera una molécula llamada glucosa (monosacárido). La glucosa como todos los glúcidos tiene la función de liberar la energía necesaria para poder desenvolvernos. Para caminar, hablar, pensar, prestar atención, y mantener al organismo funcionando normalmente necesitamos energía permanente que los glúcidos aportan al combinarse con el oxígeno que respiramos (combustión).
Las Carnes
Las carnes son alimentos ricos en moléculas alimenticias que se llaman proteínas, éstas al degradarse como último paso generan aminoácidos. Esa molécula es la que asimilará la célula para generar a su vez las proteínas que necesita para reconstruir los tejidos en donde se encuentra alojada.
¿Cómo se forman las proteínas?
Las proteínas son encadenamientos de aminoácidos. En la naturaleza, en todas las especies, todas las proteínas cualquiera sea su función están formadas por sólo 20 aminoácidos comunes. Según el orden en que éstos se combinen dará como resultado uno u otro tipo de proteína.
El músculo, el cabello, las uñas, la piel, la sangre, etc. son proteínas que sólo se diferencias entre sí en la secuencia del encadenamiento de los aminoácidos que la constituyen. El cambio de orden de un sólo aminoácido, la repetición, la falta del mismo o la abundancia de otro hace que se produzcan diferencias notables entre una y otras, tanto de forma como de función.
Las proteínas cumplen importantes funciones, algunas estructurales o de sostén, es decir “arman” al cuerpo tal como lo vemos y sostienen la estructura, otra función es la de transporte de sustancias, recordemos que en la sangre hay proteínas encargadas de llevar el alimento u otras sustancias hasta el lugar correcto o bien llevan el oxígeno que inspiramos en la respiración hacia las células para que ellas también respiren o transportar hacia los pulmones al dióxido de carbono que resulta subproducto de la misma y que debemos eliminar en la exhalación, también son mensajeras de señales que se deben enviar de un punto a otro del organismo (hormonas), activan o ayudan a que se produzcan determinadas reacciones químicas (enzimas), defienden a nuestro cuerpo de los virus o de las bacterias que nos atacan (anticuerpos) y cuando se necesita también se usan como reserva energética.
Los Aceites y las grasas
Los aceites y las grasas son biomoléculas llamadas lípidos, éstos en la digestión son solubilizados por la bilis que segrega el vesícula y los principales productos de degradación son la glicerina y unas moléculas llamadas ácidos grasos (palmitito, oleico, linoleico, linolénico, etc), éstas son las unidades finales que serán transportadas a la célula para ser utilizadas para la reelaboración de grasas.
Las grasas una vez reconstruidas por el organismo, se depositan en las zonas del cuerpo donde se necesita protección. Los órganos vitales están rodeados de una capa de grasa que los sostiene y protege de los golpes y evita que se lesionen, también los resguarda del frío, acumulada debajo de la piel actúa como un aislante térmico y se emplea como reserva energética ya que la combustión de las mismas proporciona el doble de calor que la que proporcionan los glúcidos.
Las frutas y las verduras
Estos alimentos son ricos en agua, en vitaminas y minerales necesarios para que la alimentación sea completa y adecuada, además poseen fibras no digeribles que provienen de la celulosa que conforma los tejidos de los vegetales para las cuales los humanos no poseemos enzimas degradadoras de modo que éstas no se asimilan, ya que las moléculas que las conforman son demasiado grandes. Sirven para darle volumen a las heces y arrastrar los desechos intestinales que nos pudiesen perjudicar es decir son las “escobas” del aparato digestivo.
El cuerpo viviente degrada (catabolismo) y vuelve a reconstruir (anabolismo) a las biomoléculas necesarias para sobrevivir.
Estos procesos de catabolismo y anabolismo forman parte de las distintas reacciones químicas que se dan en un organismo vivo y mantienen la vida en sí (metabolismo).
Cuando estudiamos ciencia nos maravillamos de la perfección del universo y de la materia que él contiene cuando nos adentramos en la química biológica comenzamos a maravillarnos de los distintos mecanismos que “ideo” la naturaleza para perpetuar la vida.
Nutrición I (Leída 5712 veces)
El recorrido del alimento
El estudio de la vida a través de la química biológica descubre un nuevo mundo que continúa maravillándonos
El cuerpo humano es el producto de millones de años de evolución y sus funciones son semejantes a la de una célula pero enormemente complejas. El hombre se adapta al medio, se nutre, crece, y se reproduce.
Los distintos sistemas que forman el cuerpo humano se relacionan entre sí y el equilibrio que rige a la naturaleza toda, mantiene a los sistemas armónicamente organizados de modo que mientras éste no se altere gozaremos de un perfecto estado de salud. El desequilibrio de un sistema afecta sistemáticamente a los otros.
Para mantenernos sanos debemos alimentarnos adecuadamente. El alimento es para el cuerpo un fármaco natural que actúa sobre cada uno de los sistemas y cada una de las células que lo componen proveyendo el combustible necesario para el buen funcionamiento del gran laboratorio que resulta ser el cuerpo humano.
¿Qué recorrido hace el alimento dentro del organismo vivo?
La entrada del alimento se produce por la boca que es el primer lugar en donde se inicia el proceso digestivo.
Allí al masticarlo lo maceramos y lo mezclamos con la saliva que posee ptialina que es una molécula especial (enzima) que va a comenzar a degradarlo íntimamente, generará un fenómeno químico para que sea utilizable por cada una de las células del cuerpo, èstas unidades son tan pequeñas que no pueden asimilar las moléculas que componen a los alimentos tal cual ingresan, son demasiado grandes. El proceso de digestión tiene el objetivo de “achicar” molecularmente al alimento hasta el punto tal que resulte asimilable por las células.
De la boca pasa al estómago y allí continúa el proceso de degradación molecular, ayudado por el ácido clorhídrico, los jugos pancreáticos y la bilis que actúa como emulsionante (disolvente) de las grasas ingeridas y las prepara para ser absorbidas.
Una vez degradado, el alimento pasa al intestino delgado en donde ya transformado en pequeñas unidades moleculares se prepara para ser transportado hacia las células de los diferentes tejidos del organismo.
La transportadora del alimento desde el intestino hasta el lugar en donde será asimilado (blanco diana) es la sangre que posee unas moléculas (proteínas) que lo “acarrean” hacia el lugar mencionado.
El pasaje de las moléculas alimenticias a la sangre se realiza por difusión, pasan a través de las paredes intestinales hacia el interior de la vena porta que las lleva directamente al hígado realizando su primer paso hepático, que tiene por finalidad “purificar” al alimento para que pueda ser asimilado sin riesgos. Así el hígado elimina todo lo nocivo y aquello que pueda enfermar, incluyendo virus y bacterias, es decir prepara al nutriente mediante una serie de reacciones químicas de modo que pueda ser asimilado sin que dañe la salud.
El hígado filtra el alimento y lo prepara de forma tal que sus moléculas sean reconocidas por las células en forma específica y de este modo sean perfectamente asimilables, al mismo tiempo almacena como reserva lo que podamos necesitar a futuro.
Una vez realizado el primer paso hepático la sangre lo transporta al corazón ya modificado por las reacciones químicas que se han producido en el hígado. El corazón es la bomba de nuestro cuerpo y se encarga de distribuirlo a los diferentes tejidos, de ese modo las células de nuestro cuerpo reciben el alimento preparado para ser asimilado en forma perfecta.
Una vez ingresado en cada célula, comienza la alimentación celular que consiste en una serie de procesos químicos que mantienen la vida celular.
La parte del alimento no asimilable e insoluble en agua, subproductos del metabolismo o lo desechado por la digestión pasa al intestino grueso formando la materia fecal que será eliminada como heces. Las sustancias no asimilables de la digestión o de los procesos metabólicos que son solubles en agua una vez filtradas por los riñones son excretadas en forma de orina.
¿Cuáles son las moléculas de las que se alimentan las células?
Los alimentos que ingerimos tiene una serie de sustancias químicas de lo más variadas pero en general predominan en alto porcentaje determinadas moléculas biológicas (biomoléculas) que son importantísimas para el desarrollo de nuestra vida.
Las Harinas
Todo lo que sea pastas, fideos, pan, galletitas o sea los derivados de las harinas poseen en su composición química gran porcentaje almidón (polisacárido o hidrato de carbono) que al degradarse genera una molécula llamada glucosa (monosacárido). La glucosa como todos los glúcidos tiene la función de liberar la energía necesaria para poder desenvolvernos. Para caminar, hablar, pensar, prestar atención, y mantener al organismo funcionando normalmente necesitamos energía permanente que los glúcidos aportan al combinarse con el oxígeno que respiramos (combustión).
Las Carnes
Las carnes son alimentos ricos en moléculas alimenticias que se llaman proteínas, éstas al degradarse como último paso generan aminoácidos. Esa molécula es la que asimilará la célula para generar a su vez las proteínas que necesita para reconstruir los tejidos en donde se encuentra alojada.
¿Cómo se forman las proteínas?
Las proteínas son encadenamientos de aminoácidos. En la naturaleza, en todas las especies, todas las proteínas cualquiera sea su función están formadas por sólo 20 aminoácidos comunes. Según el orden en que éstos se combinen dará como resultado uno u otro tipo de proteína.
El músculo, el cabello, las uñas, la piel, la sangre, etc. son proteínas que sólo se diferencias entre sí en la secuencia del encadenamiento de los aminoácidos que la constituyen. El cambio de orden de un sólo aminoácido, la repetición, la falta del mismo o la abundancia de otro hace que se produzcan diferencias notables entre una y otras, tanto de forma como de función.
Las proteínas cumplen importantes funciones, algunas estructurales o de sostén, es decir “arman” al cuerpo tal como lo vemos y sostienen la estructura, otra función es la de transporte de sustancias, recordemos que en la sangre hay proteínas encargadas de llevar el alimento u otras sustancias hasta el lugar correcto o bien llevan el oxígeno que inspiramos en la respiración hacia las células para que ellas también respiren o transportar hacia los pulmones al dióxido de carbono que resulta subproducto de la misma y que debemos eliminar en la exhalación, también son mensajeras de señales que se deben enviar de un punto a otro del organismo (hormonas), activan o ayudan a que se produzcan determinadas reacciones químicas (enzimas), defienden a nuestro cuerpo de los virus o de las bacterias que nos atacan (anticuerpos) y cuando se necesita también se usan como reserva energética.
Los Aceites y las grasas
Los aceites y las grasas son biomoléculas llamadas lípidos, éstos en la digestión son solubilizados por la bilis que segrega el vesícula y los principales productos de degradación son la glicerina y unas moléculas llamadas ácidos grasos (palmitito, oleico, linoleico, linolénico, etc), éstas son las unidades finales que serán transportadas a la célula para ser utilizadas para la reelaboración de grasas.
Las grasas una vez reconstruidas por el organismo, se depositan en las zonas del cuerpo donde se necesita protección. Los órganos vitales están rodeados de una capa de grasa que los sostiene y protege de los golpes y evita que se lesionen, también los resguarda del frío, acumulada debajo de la piel actúa como un aislante térmico y se emplea como reserva energética ya que la combustión de las mismas proporciona el doble de calor que la que proporcionan los glúcidos.
Las frutas y las verduras
Estos alimentos son ricos en agua, en vitaminas y minerales necesarios para que la alimentación sea completa y adecuada, además poseen fibras no digeribles que provienen de la celulosa que conforma los tejidos de los vegetales para las cuales los humanos no poseemos enzimas degradadoras de modo que éstas no se asimilan, ya que las moléculas que las conforman son demasiado grandes. Sirven para darle volumen a las heces y arrastrar los desechos intestinales que nos pudiesen perjudicar es decir son las “escobas” del aparato digestivo.
El cuerpo viviente degrada (catabolismo) y vuelve a reconstruir (anabolismo) a las biomoléculas necesarias para sobrevivir.
Estos procesos de catabolismo y anabolismo forman parte de las distintas reacciones químicas que se dan en un organismo vivo y mantienen la vida en sí (metabolismo).
Cuando estudiamos ciencia nos maravillamos de la perfección del universo y de la materia que él contiene cuando nos adentramos en la química biológica comenzamos a maravillarnos de los distintos mecanismos que “ideo” la naturaleza para perpetuar la vida.
El organismo humano es un laboratorio perfecto, ningún químico hasta el momento ha sido capaz de reproducir en un laboratorio todas las reacciones que en él se producen.
Una vez más la naturaleza supera al hombre
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