Autora:
María Cristina Chaler.
Ciencia Fácil Número 246
Serie: Una mirada de la química diferente.
Ida
y vuelta hacia los estados
Una sustancia
según las condiciones del ambiente que la rodea se mostrará en estados
diferentes. Cuando los parámetros de presión y temperatura cambian, los estados
también lo hacen. La forma de mostrarse cambia según las diferentes condiciones
del ambiente.
Cuando un sólido cristalino, recibe calor
si cambio de presión exterior, la sustancia que lo compone comienza a
absorberlo y eleva su temperatura. Las moléculas adquieren energía que aumenta sus
movimientos vibratorios en el lugar. Cuanto más calor recibe más energía
poseerán y más movimiento vibratorio tendrá,
en cierto momento la estructura cristalina se desmoronará y pasará la
materia al estado líquido. Este punto de
desmoronamiento se llama punto de fusión. Es un punto característico para cada uno
de los sólidos de la naturaleza (para el agua pura es de 0ºC ) a tal punto que sirve como
identificador de la sustancia. No hay dos sustancias con el mismo punto de
fusión.
Mientras toda la masa cambia de estado, la
energía que recibe no provoca aumento de temperatura del sistema porque es usada para cambiar de estado fusión)
Si
sigue recibiendo calor el
estado liquido, aumentará su temperatura y por consiguiente también aumentara
la energía cinética (velocidad) de sus moléculas. Las que se encuentren cerca
de la superficie podrán escaparse del estado líquido con más facilidad y se
producirá evaporación, pero aún la
masa ayudada por la atmósfera que ejerce presión (comprime) y no permite al
pasaje al estado gaseoso, seguirá reteniendo al resto de las moléculas y
aumentando su temperatura.
En un determinado instante, el aumento de
la cantidad de calor hará que, las
moléculas de esa masa liquida tengan suficiente
energía como para superar la presión atmosférica que las retiene y todo el
sistema adquiere capacidad de cambiar de estado. Se observará un borboteo que
indica que se alcanzó la temperatura del punto
de ebullición y que todas las moléculas están en condiciones de pasar al
estado gaseoso. Este punto también es un identificador de cada sustancia. No
existen dos sustancias en la naturaleza que posean la misma temperatura de
ebullición.
Mientras la sustancia cambia de estado, el
calor recibido lo utiliza para efectuar el cambio y no para aumentar su
temperatura. Hasta que toda la masa líquida se consuma la temperatura permanece
constante.
La
vuelta: Cuando la temperatura decrece…
Pensemos en un gas con sus moléculas libres,
con mucha energía de movimiento. Cuando baja la temperatura, la sustancia pierde
calor y en consecuencia las moléculas se
moverán más lentamente, lo que facilitará la asimetría de la nube de electrones
que rodea a los núcleos atómicos. Se
forman dipolos transitorios que facilitan el acercamiento por atracción
molécula a molécula. Cuando se acercan lo suficiente pegándose entre sí
alcanzan la temperatura del punto de condensación, pasando así del estado gaseoso
al líquido, reduciendo su volumen y aumentando su densidad.
Este punto coincide con la temperatura
de ebullición (para agua pura será de 100 ºC ). Si el calor sigue
disminuyendo, la energía de movimiento será aún menor permitiendo que las moléculas se ordenen en el espacio, ocupen
lugares que les sean favorables energéticamente acorde a la geometría espacial.
Se irá formando un cristal, en un determinado instante el liquido se solidifica,
su temperatura coincide con la del punto de fusión (0 ºC para el agua pura).
Los cambios de estado no sólo se inducen
con un aumento o disminución de la temperatura sino que también se producen por
una variación de presión.
La presión es una variable que al aumentar provoca el acercamiento molecular
y obstaculiza el desprendimiento molecular de la masa de sustancia, en este
caso se necesitará mayor energía para provocar el cambio entregando mayor
cantidad de calor. La temperatura del
punto de ebullición aumenta.
Cuando la presión disminuye permite el
alejamiento molecular y facilita el desprendimiento de la masa de sustancia que
retiene. Se necesita menor cantidad de energía para provocar el cambio. La temperatura del punto de ebullición
disminuye.
Estas variables termodinámicas se utilizan
frecuentemente en la industria para provocar cambios de estados y con ellos
desprendimientos o absorciones de calor
que tienen prácticas aplicaciones tecnológicas.
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